Agricultor de tercera generación, Felipe Rodríguez lleva el campo y el cooperativismo en la sangre. Heredó la pasión por este duro trabajo de su padre y de su abuelo. “Mi padre me trasladó el amor por esta profesión. Si naciera de nuevo, volvería a ser agricultor”, señala con convicción.
En su terreno cultiva las variedades de uva Airén, Syrah, Tempranillo, Macabeo y Chardonnay. También algunos cereales como la cebada y el trigo. Natural de Manzanares (Ciudad Real), admite que las preocupaciones y metas de su profesión son las mismas que las de cualquier otro empresario: “hacer mi trabajo lo mejor posible, ajustar la economía, y un factor muy ligado a nuestra labor, la climatología”.
A sus 48 años de edad, se enfrenta a un nuevo desafío: ser presidente de la segunda cooperativa con mayor producción vinícola de España y de toda Europa, la Cooperativa manzanareña Jesús del Perdón-Bodegas Yuntero que hoy, 20 de marzo, cumple 65 años desde que se fundara en 1954 por un grupo de 102 pequeños viticultores locales.
Cooperativista de pura cepa
La cooperativa que hoy preside Felipe Rodríguez alcanza ya los 850 socios, siendo él uno de ellos. Juntos suman una superficie de total de viñedos de 9.000 hectáreas y en la última vendimia llegaron a producir 146 millones de kilos de uva. Vinos que distribuyen a más de una veintena de países y por los que han recibido a la largo de su historia más de un centenar de premios dentro y fuera de España.
Para Rodríguez ser cooperativista significa vincularse a un terreno, hermanarse con el resto de socios, y comprometerse por un objetivo común: “siempre he sido socio de esta cooperativa, como antes lo fue mi padre y mi abuelo de la antigua El Progreso (fusionada con Jesús del Perdón)”. Afirma que todos sus cultivos van a parar a la cooperativa, donde además se surte de todo lo que necesita para sus plantaciones: abonos, productos fitosanitarios, asesoría técnica agrícola… Ya que en esta empresa también hay un equipo fijo de más de 60 profesionales formado por ingenieros técnicos agrícolas, enólogos, personal de investigación y desarrollo, una extensa red de comerciales, operarios, expertos en marketing y administrativos. “Todos hacen una gran labor”, recalca.
Embotellado, enoturismo y nuevos productos
El nuevo presidente de Bodegas Yuntero, que durante los últimos años ha ejercido de tesorero en esta organización, tiene claro los retos que quiere afrontar durante su mandato: una mayor participación en los foros del vino y uniones cooperativistas; reforzar su relación con las instituciones públicas locales, regionales y los servicios financieros; fomentar el enoturismo local; incrementar la producción de vino embotellado; lanzar nuevos vinos al mercado; e incluso apostar por la producción de frutos de cáscara (almendras, pistachos), y hasta de aceitunas.
La cooperativa cuenta con un plan de inversiones para 2019 de 10 millones de euros para acometer algunos de estos objetivos. “En estos momentos ya estamos construyendo una nueva nave de 4.500 metros cuadrados que contará con una doble línea embotelladora, así como otra dedicada al formato bag in vox, que está previsto se pongan en marcha en mayo” y añade que “también estamos renovando la nave de tinajas de barro, sustituyéndolas por depósitos de acero inoxidable”.
¿Para atraer el enoturismo? Una nueva tienda en pleno corazón de Bodegas Yuntero. “Tendrá un diseño muy cuidado y contará con personal especializado en catas y atenderá a los visitantes en su recorrido por la bodega. Ya estamos acometiendo la obra civil y nuestro plan es inaugurarla antes de la próxima campaña de vendimia.”, contesta.
Más vino y además almendra
Bajo la marca Yuntero, Felipe Rodríguez anuncia que se lanzará este año un nuevo vino blanco de la variedad Chardonnay “con paso de barrica, en el que nuestro enólogo ya está trabajando” y que ampliará la carta de blancos de la marca Yuntero, que actualmente se comercializa en dos variedades Verdejo y Macabeo. Para 2020 Bodegas Yuntero planea además lanzar al mercado un Prosecco, blanco y rosado, espumosos ligeros y refrescantes que “cuentan con gran demanda internacional”.
La Cooperativa Jesús del Perdón-Bodegas Yuntero es conocida principalmente por su actividad vinícola, sin embargo los terrenos de sus socios producen algo más que uva: “en Castilla-La Mancha muchos agricultores están sustituyendo el cereal de secano por los cultivos leñosos. Comenzaron fuertes con el pistacho y desde hace algunos años se está implantando la almendra con mucho nivel”, explica Rodríguez.
Es por ello que la cooperativa decidió este año poner en marcha una prueba piloto, cerrando acuerdos comerciales con una de las más importantes cooperativas alicantinas especializadas en este producto. “El experimento salió bien y para el próximo año nuestro objetivo es alcanzar una producción de medio millón de kilos de almendra en cáscara. Poco a poco queremos ser referentes en la comarca de este producto”, afirma esperanzado desde su despacho, mientras admite estar deseando coger el tractor para salir a trabajar su campo.emb