Bodegas Yuntero está desarrollando un proyecto de I+D+I para paliar las enfermedades de la madera de la vid, denominadas EMV, el mayor problema sanitario de este cultivo. Los trabajos que se están realizando consisten en la aplicación de compuestos naturales para estimular el propio sistema natural de defensa de las plantas, y que además pueden incrementar la calidad del vino obtenido.
Los primeros resultados y avances del programa, de tres años de duración y que en estos momentos se encuentra en su segundo año de ejecución, se han presentado el 6 de agosto en Manzanares (Ciudad Real), durante la celebración de la primera edición de las jornadas “Inducción de las Defensas para mitigar las enfermedades de la madera de viña”, evento al que asistieron más de 150 técnicos y agricultores, procedentes de distintos puntos de Castilla-La Mancha y de Andalucía.
Características del programa
Los ensayos se vienen realizando en dos parcelas propiedad de la Cooperativa Jesús del Perdón-Bodegas Yuntero, ambas suman un total de once hectáreas, y cuentan con viñedos de la variedad Airén y Cencibel.
Juan Manuel Jiménez Castro, ingeniero técnico agrícola del departamento de Servicios Agrarios de Bodegas Yuntero, explica que el objetivo de estas pruebas es “conseguir estimular la actividad de la quitinasa por la propia planta, mediante la utilización de la molécula manano oligosacáridos –proveniente de la pared celular de levaduras Sacharomyces Cerevisiae– para producir una respuesta inmune que active el sistema natural de defensa de las plantas”.
Estos compuestos son totalmente naturales y vienen a sustituir a los químicos. “Aplicadas a las plantas –añade Jiménez Castro– tienen además un efecto positivo sobre la producción de compuestos fenólicos, pudiendo incrementar la calidad del vino”.
Fases y primeros resultados
En el primer año del programa se realizaron diferentes ensayos hasta dar con la dosis más efectiva de los compuestos a aplicar. En este segundo año se está determinando la frecuencia de la aplicación de los productos. Finalmente en el tercer año, determinada la dosis y la frecuencia ideal, se trabajará sobre seis parcelas en plena producción. A tres de ellas se les tratará con compuestos y a las tres restantes, no, con el fin de observar las diferencias y analizar los resultados.
“Hasta el momento –señala Jiménez Castro– se ha conseguido reducir la enfermedad de la madera de las cepas (EMV), con la consiguiente mejora del estado sanitario del cultivo y se ha observado un aumento en la calidad del vino (antioxidantes y polifenoles), además de una mayor homogeneidad e incremento de la producción”.
Los trabajos se están desarrollando en colaboración con diversas empresas e instituciones dedicadas a la investigación y desarrollo del sector agroalimentario, como Alltech Crop Science y la Universidad de Extremadura. Este proyecto cuenta con apoyo y financiación de CDTI y Fondos FEDER.